La película está basada en el caso real de un experimento sobre conducta humana que acabó en desgracia. Un grupo de voluntarios son separados, según su perfil psicológico, en dos grupos: Prisioneros y guardianes. Un periodista infiltrado da fe de la magnitud de la tragedia.
La película es original y amena. La excusa del periodista infiltrado me parece un recurso algo simplón, aunque tampoco afecte demasiado la historia. La temática, en distintas formas y películas, es una repetida alusión al nazismo y cómo el carácter dominante somete al débil.
Instrucciones de uso: Es entretenida e invita, al mismo tiempo, a la reflexión. Muy recomendable.