Un adolescente anónimo deambula entre un sinfín de personajes que exponen su visión de la vida y del sentido de ésta. Con el leitmotiv “dream is destiny” asistimos a un viaje alucinante a la frontera entre sueño y realidad, a la del absurdo y lo lógico.
Película independiente del director Richard Linklater que mezcla animación con personajes reales – como ya hizo en Scanner Darkly – logrando una gran acogida por parte de público y crítica. La película es anarrativa, nos perdemos con deleite por un interesante bulevar de personajes y conversaciones, abstraídos por el poderío visual de la película.
Instrucciones de uso: Especialmente agradable para todos a los que les guste la filosofía y sepan algo de lo que los pensadores contemporáneos llaman “posmodernidad”.
